Carlos Herrera asegura que es pronto para sacar conclusiones sobre la muerte de la niña de Galicia por la que han sido detenidos sus padres adoptivos. Considera que hay que tener "máxima prudencia", pero es inevitable sentir también "máximo estupor". Se pregunta la razón por la que unos padres que deseaban tanto tener una hija, fueran "a estragularla" y comenta la hipótesis de que el móvil sería la herencia de los abuelos fallecidos, cuya beneficiaria sería la niña.
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